La depresión.
Las estadísticas revelan que esta enfermedad constituye el trastorno mental más frecuente en las sociedades desarrolladas y el que motiva el mayor número de consultas médicas.
La depresión, se caracteriza, en líneas generales, por sentimientos de inutilidad, culpabilidad, tristeza, indefensión y desesperanza de intensidad y profundidad variables; destacando el hecho de su mayor incidencia en ciertos períodos del ciclo vital, tales como la adolescencia, menopausia y andropausia y en general, durante los períodos de crisis que suelen afectar las relaciones humanas.
En las fases depresivas suele haber pérdida de interés y de abandono de las actividades habituales; acompañadas por perturbaciones del sueño, pérdida de apetito o apetito exagerado, incapacidad de concentración, decaimiento con sensación de fatiga y disminución de la actividad sexual, con tendencias suicidas en casos extremos.
La depresión afecta tanto a mujeres como hombres, jóvenes o ancianos y no discrimina entre clases socioeconómicas, pudiendo las crisis depresivas durar de seis meses a dos años reincidiendo varias veces en la vida de una persona.
La depresión es una enfermedad que progresa cada día, alterando los pensamientos, sentimientos y conductas de las personas afectadas, con amplia repercusión en los casos no tratados sobre el estado general y la salud física, lo que puede derivar en otras patologías asociadas.
Las investigaciones bioquímicas sugieren que esta enfermedad estaría ligada a un desequilibrio o carencia, en la producción de los llamados Neurotransmisores por parte de las células nerviosas activas. Como su nombre lo indica (estas sustancias entre las que destacan la Norepinefrina, Dopamina y Serotonina) son las responsables de la transmisión del impulso nervioso de una célula neuronal a otra.
Cuando se altera o disminuye la producción de Neurotransmisores, el cerebro no funciona adecuadamente lo que condiciona el comportamiento psicológico de las personas afectadas y determina la aparición de signos de depresión.
Es posible contribuir a mejorar la evolución y el control de los estados anímicos que acompañan el curso de esta enfermedad, a través de la utilización de suplementos dietético nutricionales y complementos fitoterápicos que aportan vitaminas, aminoácidos, minerales, oligoelementos, etc. que participan en la regulación de la síntesis de Neurotransmisores, y por tanto en la mejoría psíquica y emocional de los pacientes depresivos.
A tales efectos, sugerimos complementar la medicación indicada con:
– JUGO DE ALOE VERA 100%
– JALEA REAL FRESCA
Se recomienda además evitar la cafeína y el alcohol, como así también los alimentos procesados que contienen colorantes y conservantes artificiales; manteniendo una dieta natural y equilibrada.
Asimismo es aconsejable el apoyo psicoterápico y el ejercicio físico para mejorar la salud física y mental del paciente depresivo.
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